domingo, 31 de octubre de 2010

Maldita espera

Fundido en el desencuentro
qué busco, qué encuentro

Refugio eterno de las sombras
anhelando la luz que el placer esconde.

Mientras tanto se lastima el alma
mintiéndose al pensar que el pesar es eterno.

Mirando el sol que lastima los ojos
no se ve más que el descubrirse siendo un muerto vivo

viernes, 29 de octubre de 2010

El momento y la distancia


Caer de la lluvia sobre la cabeza. Vientos tristes de la desesperanza. Aún así queda nada en el mundo y en menor medida los deseos que se pierden en la desolación. Busca el alma en el alba, busca la paz en el colchón, quiere sentir que nunca pero nunca dijo adiós.

Antes o después. El sentido de lo no realizado en la eterna mezcla y balanza de la cotidianeidad. Humilde ser, ambiciosa sensación de ser más pero no ser nada. Heraldo de la voz, sin un vos a quien recurrir. Escapar a la mentira para hundirse en la soledad.

Aprieta el pecho que lagrimea sobre las melodías tristes que se escapan de los dedos pero no terminan de ser. Respirar cuesta, la garganta se cierra. Duele saber que no se sabe qué decir, y que aún si no fuera así no se diría mucho.

Se escapa… se va… nada retiene su acción. No hay esfuerzos, sólo la melancolía llegó para apoderarse del cuerpo, que pronto será sólo un cuerpo opaco entre los mundos que pasan a su alrededor. Dejar de existir, más allá de guardar algo en un cajón.

Una canción para escuchar con el post: Baguala para dos - Laura Ros

lunes, 11 de octubre de 2010

Una vez más


Mi guitarra y mi voz susurran
Quieren gritar al viento
Y siempre dices mentiras
No puedo quererte

Acero tenso en seis partes
No son iguales
Soy un desconocido
Soy nada

Me vuelve el alma al cuerpo
En el aire está lo que mata
Vuela sobre mí
A pocos pasos de ti

Coraza de algodón en tu corazón
Caparazón mutilado en la distancia
La batalla genuina
En un beat autodestructivo

Quedar mucho en un instante
Respirarte una vez más
Sentir que nada acaba
Y que te vuelvo a encontrar

jueves, 7 de octubre de 2010

Aquellas pequeñas cosas

Bajé la mirada. En las baldosas de Villa Luro encontré mi pasado, y jugué en árboles de moras silvestres. La nostalgia me recorrió el cuerpo

La sorpresa efímera


Me pregunto en qué momento la magia termina. El enamoramiento de la novedad y la sorpresa, muchas veces termina fundiéndose en la rutina, y otras veces sólo se vuelve inexplicable el gusto que antaño deslumbró nuestro ser.

Volvió a ser la mirada cautiva del encantamiento, aquella que conquista con fijarse en estos ojos, la que me ayudó a dar cuenta de las vidas ocultas tras el manto de la neblina de la indiferencia.

Y cuando el amor del instante se acaba, llega el mito de lo que pudo haber sido. Del dulce recuerdo de la mentira imaginada, nostalgia de aquella luz que nunca se encendió en la noche estrellada y de luna nueva.

Contagiosa actitud frente al cambio, meticulosa forma de ver el mundo más allá de lo real. En el lampacear nocturno de los sueños fértiles de nuevas verdades, nacen las vueltas al maldito reloj de la cuenta regresiva del falaz paraíso de lo desconocido.

lunes, 4 de octubre de 2010

En el camino invisible


“Si lo cuentas no se cumple el deseo”, dice Fito en Es sólo una cuestión de actitud. Por otro lado, en Amapola del 66 de Divididos, se escucha “viejo cristal atrasando mi viaje”. Es un ida y vuelta, la mentira y la verdad. Cuánto hace falta para creer y hacer, y no sólo decir y esperar.

Vuelvo el tiempo atrás. Hace un par de meses estaba en la cima de la libertad, viendo a los cóndores pasar a miles de metros de altura sobre el nivel del mar. Ese mar que no te dice nada (NTVG). Buscando el cielo iban las aves, como mi ser, que intentaba resucitar.

La mirada de lo bello, eterno resplandor de un suspirar perdido en el horizonte. La posibilidad de acompañarte, y ser más que una historia perdida en el pasado que nunca fue. Y aunque el presente se pierde, diversificado en rostros y unificado en sentimiento, no me quiero volver a preguntar sobre el por qué. Sólo quiero saber cuánto falta para darme cuenta que es necesario ese cambio, y que no estoy simplemente sentado esperando.

Soy tu piedra en el camino, soy tu salvación a la monotonía. Soy más de lo que piensas, y no puedo darte todo lo que mereces. Así soy, ser incompleto, ser imperfecto, de ti depende completar el resto. Mayor a menor, menor a mayor, un vuelco de percepciones que juegan a completar la rueda de la inesperada elección.

Juega conmigo. Seamos niños otra vez. Volvamos a donde el mundo era mágico y todo podía cambiar con un parpadear. Nuestro, tuyo, mío, de quién sabe quien. Y así veremos si en tu rostro se dibuja una sonrisa, si mis ojos dejan de humedecerse rápidamente, si las vueltas de la vida toman un sereno sendero de amistad con el destino, y si, sobre todo, podemos descubrir otro camino para seguir construyendo una verdad: nuestra verdad.