…cómo andás, loco, tanto tiempo, hace rato que no te veía ni te cruzaba por ningún lado, sabía que andabas bien, me ponía contento que finalmente todo se fuera encaminando, que avanzaras en lo que a vos te gusta, que hayas encontrado a alguien con quien compartirlo, sabés que el último mensajito que me mandaste, sí, se me había perdido tu número, pero te reconocí eh, te diste cuenta, ese mensajito me trajo más ganas de llamarte y decirte venite a tomar unos mates, y entre los festejos por el cumple, la música y las cosas de la vida, lo postergamos una vez más, pero te extrañaba en ese entonces, hace una semana nomás, y ahora te extraño más que nunca porque sé que no vamos a poder ponernos al día, porque te sacaron del mundo, de un tirón te arrebataron todo, y a nosotros nos dejaron sin vos, sin poder hablarte, sin poder tomar un último mate, tocar un último acorde, te dejé una púa, sí, ya sé que el bajo es con los dedos, eso lo aprendimos juntos yendo a ver a esos tres animales que nos terminaron uniendo en nuestras improvisaciones en tu casa, tocando, gritando, golpeando hasta el último rincón de tu casa para que sonara lo más parecido a lo que teníamos en nuestras cabezas, y así vibraron las primeras cuerdas de tu jazzbass, para zurdos, obvio, mirá si aunque no supieras te ibas a poner a aprender como diestro, macana, eso no se hace, y armamos un villancico del horror, un pepe lui, nos metimos en un sótano para cantar juntos que queríamos estar contra todos, que queríamos ser soldados para no pelear, y en ese mismo tema que tocamos allá por almagro había algo que hoy me suena y resuena en la cabeza, no sé si le temo a la muerte o a la soledad, a la soledad seguro, pero la muerte no, no era parte de ningún plan, loco, eso no podía tocarnos, éramos invencibles, solos con nuestra música y ese abrazo inacabable, que siempre parecía que iba a ser eterno, y ahora vemos que no, que lo eterno vive en nuestros corazones pero que en algún momento no vamos a estar más, dónde estás, loco, dónde te fuiste, hay música allá, te vas a armar la banda de los sueños, vas a construir un cielo para cuando subamos todos a saludarte, te vamos a ver de 26, casi 27, con esa sonrisa que mezclaba siempre un poco de picardía con amistad, pero te fuiste loco, y hasta el último momento te juro que pensaba se va a levantar, es una joda, dejá de hacerte el serio, tomate un mate, uno de esos amargos que hacíamos desde los 15 años en tu casa en las tantas rateadas del huergo, y mirá si habremos jodido eh, mirá si los vecinos que hoy te fueron a abrazar no habrán puteado con nuestras reuniones, pero no te despertaste, no era una joda, sigo esperando que te levantes y me des un abrazo más, me digas cómo le va caballero, y le pidas a mi vieja que se haga unos panchos, pero no, estabas ahí, acostado por última vez, y después no te vimos más, sólo madera, sólo quien resucitó por nosotros y que intenta darnos esperanzas cuando el dolor carcome el alma, falta algo, falta el aire, está tenso, está denso, y me pregunto estás acá, te fuiste, te quedás con nosotros, cómo querés que te recordemos, como el pibe de la bici, el del Dodge, el petonmóvil, tuerca, te acordás de ese, tuerca, loco, fierrero, mirá si nos habremos agarrado, pero siempre fuimos sinceros, eh, y eso lo extraño, extraño ese cagame a trompadas si querés pero pienso esto, mirando desde la terraza de tu edificio para abajo y conociendo el vértigo, pero qué podía pasar, estábamos juntos, nada iba a pasar, y hoy nos reencontramos con los chicos, pero no preparamos el mate, cada uno en una agarradera de esa caja de madera, camino al coche, camino a la bendición, camino al 25784, nicho con cortina, mutual sin carnet, un manual de ida un manual pa´volver, volvé chabón, volvé que hay muchas canciones por tocar, que hay muchas melodías por descubrir, que todavía el camino sigue ahí para caminarlo juntos y que esto no se transformó en una sala de espera, loco, no puedo entender, hoy te cargamos, hoy te llevamos a donde nunca pensé que llevaría a un amigo, hoy te lloré como nunca, hoy una parte mía se fue con vos, otra espera por el reencuentro, pero también me guardé mucho de vos, porque no te vas a ir tan fácil, no, no, no, a este gil no te lo sacás de encima así nomás, pero mientras tanto espero que alguien cuente unos buenos chistes malos, que toque algunos desprolijos acordes y te diga me encanta el blues, para que cuando nos volvamos a ver nos digamos buen día caballero, buenas tardes campeón...
