lunes, 23 de enero de 2012

Cierro los ojos, puedo ver




El viento se alza sobre el suelo que piso al sentirme seguro. Las hojas levantan vuelo, y allí estoy, en el medio del torbellino. Miro alrededor, la locura, la danza de las caídas y vueltas al aire. Son los truenos aquellos que se hacen oir en la distancia. Y sin la luz de los relámpagos ya no puedo saber qué tan lejos están. Miro, vuelvo a mirar, es cuestión de cerrar los ojos, sentir el aire correr sobre la piel que cada vez parece más fría, pero que se defiende de lo posiblemente aterrador. Escucha, es el silencio, es el soplido del viento, es la luz de la luna cercada por las nubes de alquitrán. El aroma a humedad también se levanta para que pueda olerlo. No está lejos la lluvia, la tormenta avecina. La tierra mojada brota por los poros de la Tierra disecada, de la Tierra maltratada. Hace sentir una vez más que no controlo mi contexto, que vivo junto a ella codo a codo sin limitarnos en esencia a lo que en parte el destino nos predestina; pero estoy seguro de algo... no hay destino que no se improvise con el viento.

jueves, 5 de enero de 2012

Podemos olvidar


Podemos olvidar… lo importante que es mantener cosas tan sencillas, pero a la vez tan necesarias.