Temprano amanece, se esfuma el canto
De las aves que dedican su sonido al sol.
Sonrisas, ansiosas, aguardan su rol
Cargan presagios, espantan tu llanto
Mundos de piedra chocan en vos
Miradas profundas, no vuelcan la cruz
No tengo respuestas ni preguntas de luz
Amante perfecta, nuestro silencio es de a dos.