viernes, 10 de diciembre de 2010

No tan dulce como el chocolate


En habitaciones diferentes. Separado de la amistad, pero sin querer irme. Y en la fantasía de un juego en el que ríos de chocolate nos arrastraban por las calles de una ciudad tan grande, una hermosa mujer descubría que puede ser relajante hacer pis en el agua. La corriente se mezclaba, la gente se dispersaba y esa femme ya se iba, como siempre, lejos. Yo volvía hacia donde el sol pega de lleno, donde los edificios no están obstruyendo su luz. Vuelvo a casa.

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