domingo, 24 de abril de 2011

Ser amado

Es curioso ver cómo eso que tanto deseo se vuelve objeto mismo de mi rechazo. Sentimiento repulsivo hacia la propia esperanza de encontrar ese objeto. Será que al no aceptar un pasado incoherente, infantil, en el que ahora me veo como una revolución de sentidos opuestos, no puedo apropiarme de mi presente.

De esta duda surge, entonces, la propia negación del tiempo. Mi pasado de confusión se vuelve niebla que remata sin perdón en el presente. Liquida la visión y se vuelve reflejo, espejismo. La vuelta atrás no es más que girar en una espiral sin fin, pero a la inversa, porque en lugar de ampliar mi cosmovisión me cierro en el infinito y diminuto sentido de lo introspectivo.

Cada día vuelve la imagen de eso que tanto resguardo en mi memoria, pero a cada paso entiendo que no es posible que el recuerdo sea objeto mismo del olvido. Y cuando en el camino encuentro los hologramas de ese sentimiento que anhelo, escapo, corro, me refugio en la atmósfera indiferente que me separa de la realidad y trato de olvidar que fui uno más de los que sufrieron la angustia de creer que no tuvieron eso que tanto se añora.

Será entonces desafío ser protagonista de ambos tiempos, de reales y espejismos, de hologramas hermeneuticos, y de mi más terrible desafío.

No hay comentarios.: