Camino tus calles,
miro alrededor la locura;
el tiempo pasa más rápido que el reloj.
Me doy cuenta que eres Jano,
de que puedo disfrutarte;
que aunque oculta, se entiende tu hermosura.
Crece la paz de un bello momento,
los nervios, no ajenos, se manifiestan;
me complace sentir que soy humano.
Está dicha la historia,
pero en tu caso sorprende;
no hay quien cuente hechos más bellos
que los que ofrece tu noche.
Aunque me devuelve el viaje la realidad,
hay quien se esconde;
quién sabrá mañana despertar, sonriendo, en cama.
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