jueves, 18 de noviembre de 2010

Mirada de piedra



¿Centinela?... ¿quién soy? Dime, quiero saber.

Centinela, por favor, dame una respuesta. Una estaría bien.

¡Centinela! ¿Por qué tus labios no se mueven?

Centinela, dime cómo debo preguntar para que me contestes.

No entiendo tus reglas, Centinela. Acaso escuchas, sin más.

Centinela, no soy de piedra como tú.

Por eso quiero tus respuestas, Centinela.

Centinela, vengo de lejos para verte, y no me escuchas ni me hablas.

Santo Dios, Centinela, soy sólo uno más que busca ayuda.

¿Acaso tantos te interrumpen en tu vigilia, Centinela?

La lluvia está cerca, Centinela, ¿eso te ablanda acaso?

Necesito una palabra al menos, Centinela, dime.

¿Dónde estoy, Centinela? No es a tu lado, no es frente a ti

¿Dónde estoy, Centinela? Dime

¿Para qué estoy, Centinela? ¿Para qué sirvo, Centinela?

Tú lo sabes, lo ves todo, Centinela

¿Por qué no hablas, Centinela?

¿Por qué no te escucho, Centinela?

¿Por qué he venido? ¿Por qué me voy?

¿Acaso eres?

¿Centinela?

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